Recomendado por Escenarios…ENSEÑAR DISTINTO… de Melina Furman.

El contenido central del nuevo libro de Melina Furman aborda la difícil tarea de innovar en la educación real, empezando por enseñar distinto en cada una de nuestras clases. De partir de lo que hacemos todos los días para buscar mejores maneras de enseñar que generen en nuestros estudiantes una plataforma de despegue sólida, que expanda sus horizontes y los ayude a desplegar sus alas. De mirarnos como profesionales de la enseñanza. De alimentar el movimiento de educadores y educadoras que imaginan otros modos posibles y emocionantes de enseñar y aprender. A lo largo de los capítulos vamos a abrevar en aportes de la investigación educativa y de experiencias de instituciones educativas y docentes de todos los niveles y contextos para pensar de manera individual y colectiva, mirando nuestro propio trabajo como docentes y también en el intercambio con colegas y la construcción de una visión institucional. Desde donde estamos. Con lo que sabemos y con lo que tenemos. Buscando enseñar distinto de como enseñábamos ayer, en un camino de mejora continua. Esperando que, desde ahí, podamos ir mucho más lejos.

Dice Melina “Comenzaremos por preguntarnos sobre los rasgos y atributos que esperamos que tengan las nuevas generaciones para, desde ahí, pensar qué tenemos que hacer antes (y qué no), considerando la importante etapa de nuestras vidas que pasamos en la educación formal. Hablaremos de las razones por las cuales innovar en educación hoy es prioritario y por qué no alcanza con dejar todo como está. Y de la importancia de pararnos sobre los hombros de gigantes, retomando las experiencias y los aportes conceptuales de grandes pioneros y pioneras que soñaron y pelearon por una educación transformadora para seguir construyendo desde allí.”
En las páginas del libro se reflexiona sobre los efectos de la pandemia del covid-19 en la educación, y se abre una puerta para pensar la transformación educativa en mayor escala y sus consecuencias sobre el aumento de la desigualdad educativa. Se avanza en la idea de convertir cada aula y cada escuela y universidad en un laboratorio de innovación pedagógica. Se comparte una visión que va a guiar el resto del libro: la del aprendizaje profundo. Diferenciando el aprendizaje profundo de su gran “archienemigo”: el conocimiento inerte. Hablando de la transferencia como gran meta educativa, que implica que los estudiantes puedan poner en juego lo que aprendieron en contextos nuevos y auténticos. Se aborda la importancia del desarrollo de capacidades, como la creatividad, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colaboración y la habilidad de aprender a aprender, en el marco de la formación para una ciudadanía plena en el siglo XXI. Se explora cómo hacer realidad esa visión, empezando por la dimensión curricular, es decir, qué enseñar. Con la premisa “menos es más”, se habla de cómo priorizar los contenidos, de modo de poder jerarquizar lo fundamental y lograr dedicarle el tiempo necesario para generar ese aprendizaje profundo que buscamos. Se utiliza para ello una herramienta sencilla y muy potente llamada “círculos de la comprensión”, ilustrándola con ejemplos de distintos contenidos y niveles educativos. Se intenta responder a una pregunta que nos quita el sueño a muchos docentes: ¿cómo motivar a nuestros estudiantes? Se habla de la importancia de generar motivación intrínseca (la “sed de aprender”) como gran motor para el aprendizaje durante toda la vida. Y del potencial de las llamadas “preguntas esenciales” que ayudan a conectar el contenido con interrogantes más amplios y a darle relevancia al aprendizaje; y de trabajar sobre las prácticas auténticas de las distintas disciplinas (por ejemplo, hacer ciencia, hacer arte, hacer matemática). Se discute también la importancia de construir en los alumnos una mentalidad de crecimiento a partir de propuestas de desafíos alcanzables y de la creación de un entorno de aprendizaje afectivamente seguro, que los ayude a construir confianza en sus propias capacidades. Se advierte la necesidad de abordar la planificación de secuencias y proyectos de enseñanza que generen aprendizaje profundo y posicionen a los estudiantes en un rol protagónico, y de dar vuelta la lógica tradicional de planificación y de comenzar con una visión clara de qué aprendizajes queremos lograr, pluralizando las estrategias y construyendo un camino coherente. Se pasa del “qué tema tengo que dar” a “qué quiero que mis alumnos aprendan y qué tengo que proponerles hacer antes para que eso suceda”. Tomando en cuenta lo que sabemos sobre cómo las personas aprendemos mejor, se enfatiza la necesidad de balancear momentos de instrucción directa con instancias de exploración, práctica deliberada, reflexión y evaluación de los aprendizajes. Y se sigue analizando cómo integrar las tecnologías digitales y la necesidad de repensar de manera flexible el uso del espacio y los tiempos educativos al servicio del aprendizaje profundo.
Continuaremos!!!






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