EL PLAN INSTITUCIONAL. HERRAMIENTA PARA AFRONTAR EL DESAFIO DE LAS TRAYECTORIAS ESCOLARES.

 


Para acompañar las trayectorias (en esta etapa pensando en las trayectorias intermitentes y de baja intensidad), es necesario fortalecer la escuela como un todo, sosteniendo propuestas de aprendizajes profundos, sólidos. Se trata de buscar espacios de trabajo compartido entre docentes, generar acuerdos de evaluación y promoción, coordinar la priorización y secuenciación de contenidos y la coherencia de estrategias, próximos a ingresar a la última fase del año. Al mismo tiempo, es necesario desarrollar mecanismos para acompañar más de cerca a alumnos o grupos de alumnos en situaciones complejas en relación con sus aprendizajes, pensando estrategias de intervención didáctica institucionales y colectivas. Desde 2009, y hasta hoy, las jurisdicciones de todo el país, asumieron la tarea de definir su Plan de Mejora Institucional, en función de la realidad particular de sus territorios. En ese marco las escuelas diseñaron y desarrollaron el Plan de Mejora Institucional, como parte de las políticas socioeducativas que aportan a la continuidad y mejora de las trayectorias escolares de los jóvenes.

Garantizar el derecho a una educación secundaria a todos y todas los/las niños, adolescentes y jóvenes plantea mayor magnitud de requerimientos. Derecho no sólo a acceder a este nivel sino a permanecer y a adquirir conocimientos socialmente relevantes, comunes y orientados en relación con distintos ámbitos de la cultura y de la producción. Derecho a adquirir una educación y unos conocimientos que efectivamente se validen con un certificado de egreso y también que se acompañen de expectativas positivas sobre la etapa post secundaria y de la posibilidad de diseñar y concretar un proyecto de estudio de nivel terciario y/o de inclusión en actividades laborales.  El Plan de Mejora no es un proyecto o un plan más, un nuevo nombre para otros dispositivos,  es una ocasión y una herramienta para avanzar en la institucionalización de una escuela que elija a todos los niños y jóvenes sin excepción, donde docentes y estudiantes puedan encontrar o reencontrar-se con sentidos más potentes que los actuales al estar allí, compartiendo una tarea que requiere de un esfuerzo diario y colectivo para la transmisión y apropiación creativa de la herencia cultural a la cual todos tienen derecho. Los objetivos del Plan son ambiciosos para nuestras escuelas, que han dado muestras de hacer esfuerzos para sostener las trayectorias escolares dado que se proponen ofrecer propuestas de inclusión para todos, generar cambios en la “cultura institucional” que permita alojarlos para garantizar trayectorias “continuas y completas” y avanzar en la construcción de una escuela inclusiva. ¿Cómo aporta la consecución de los PMI, como política socioeducativa?:

·         Mejorar la calidad de la enseñanza y las trayectorias educativas de los estudiantes.

·         Configurar un modelo escolar que posibilite cambios en la cultura institucional estableciendo bases para renovar las tradiciones pedagógicas del nivel secundario y para que la escuela sea accesible a colectivos estudiantiles más amplios y heterogéneos.

·         Lograr la inclusión y permanencia de los alumnos en la escuela y propiciar el desarrollo de propuestas de enseñanza que posibiliten a todos, aprendizajes consistentes y significativos, con especial énfasis en la atención de aquellos en situación de alta vulnerabilidad socioeducativa.

·         Desarrollar propuestas curriculares que atiendan a los intereses, necesidades y potencialidades de los alumnos y al lugar de transmisión cultural que asume la escuela enfatizando la centralidad de la enseñanza y la adecuación de los saberes a las transformaciones socioculturales contemporáneas.

En esa trama entre lo pedagógico y lo social, lo político y lo económico, lo institucional y lo subjetivo, lo que se ha dado en llamar fracaso escolar no puede ser, ya, más que una interrogación. Ponerlo en cuestión al interior de la escuela es revelar su condición de producción social, desmontar las concepciones desde las cuales se lo constituyen, lo convalida y lo replica. Se trata de multiplicar las preguntas, comenzando por la propia nominación, por las teorías, las representaciones y creencias que operan en las prácticas cotidianas. TRAYECTORIAS ESCOLARES desacopladas, intermitentes o de baja intensidad, nuevas inscripciones de los problemas de enseñar y aprender en las escuelas parecieran condiciones propias de su existencia y no desafíos a enfrentar y mejorar. La escuela se hace las preguntas y ensaya las… ¿Qué soluciones o nuevas miradas puede plantearse la escuela cuando hace visible estos supuestos que subyacen a la esencia de su tarea: aprender y enseñar ATENDIENDO A LA INCLUSION DE TODOS LOS NIÑOS Y JOVENES EN LA ESCUELA?

Ø  Repensar las prácticas pedagógicas y psicoeducativas que, operando en diferentes niveles, logren mitigar el creciente fenómeno de exclusión de los sectores populares de las posibilidades de una escolaridad exitosa

Ø  Ensayar estrategias de trabajo más atentas a capturar las diferentes formas de pensar la diversidad

Ø  Reconocer la heterogeneidad propia de cada aula no como obstáculo sino como oportunidad.

Ø  Asumir las trayectorias escolares de baja intensidad como fenómeno educativo: las trayectorias educativas truncadas son efecto del desencuentro entre sujetos y escuela

Ø  Visibilizar las diferencias socioculturales como quiebre entre la cultura del alumnado y la de la escuela (escasa flexibilidad del dispositivo escolar, sus pautas, formas de transmisión del conocimiento, contenidos a transmitir, modos de vincularse entre los actores institucionales)

Ø  Reformular el concepto de CONDICIONES DE EDUCABILIDAD como aquellas condiciones que pueden ser generadas por el propio dispositivo escolar para hacer posible la enseñanza y el aprendizaje en un contexto y una situación determinadas, en relación con los sujetos particulares que interpelan a la escuela con sus diferencias

Ø  La diversidad, como la posibilidad de hacer lugar a las diferencias lo que permite repensar estrategias de enseñanza, modos de organización institucional y nuevos vínculos entre actores institucionales que desarticulen el fracaso

Ø  Si el reconocimiento de la diversidad obliga a redefinir el modelo homogeneizador de la escuela, diversificando la oferta educativa sin tener en cuenta las situaciones estructurales de desigualdad se corre el riesgo de proponer, a través de la escuela, otro mecanismo de segregación que refuerce la fragmentación.

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