INSTRUMENTOS PARA LA AUTOEVALUACIÓN

 

La pregunta acerca de la evaluación en esta época surge habitualmente ligada a una visión pragmática, referida al calendario escolar: ¿Cómo calificar a nuestros estudiantes en tiempo de pandemia? Nos parece importante primero diferenciar el concepto de evaluación del concepto de calificación. Ponemos el foco en evaluar, y en una perspectiva donde evaluar implica acompañar el recorrido de aprendizaje de nuestros estudiantes monitoreando lo que hacen y ofreciendo ayudas para que puedan aprender cada vez más. Como puede observarse, esta perspectiva acerca de la evaluación no es exclusiva de un formato presencial o virtual. Es un posicionamiento pedagógico acerca de la evaluación, que puede (o no) ser sostenido por profesores e instituciones. Evaluar implica en principio poder tener evidencias de lo aprendido. Estas evidencias se encuentran en las producciones de los estudiantes: en sus tareas, en lo que dicen, en lo que dibujan, etc. No se necesita en forma imprescindible una prueba. La pregunta acerca de la evaluación en esta época no debiera ser cómo evaluar, y en ese sentido, imaginar que la respuesta está en un tipo de instrumento o en un software o en una app maravillosa a la que todos pueden acceder. La pregunta acerca de la evaluación que todos los profesores nos hacemos es: ¿qué enseñé? ¿qué oportunidades de aprendizaje les ofrecí a mis estudiantes? Y una vez realizado este ejercicio retrospectivo, analizar, en ese mismo recorrido, qué y cuáles de las producciones de mis estudiantes dan cuenta de esos avances. Es decir ¿es realmente necesario que diseñe una nueva actividad para poder evaluar a mis estudiantes? Al caracterizar este escenario complejo no hay que perder de vista lo propuesto por Rebecca Anijovich y Graciela Cappelletti al pensar en la evaluación como una oportunidad. Y en este sentido, una oportunidad para que los y las estudiantes puedan poner en juego sus saberes, visibilicen sus logros, interactúen, sostengan su comunicación, planteen sus inquietudes, aprendan a reconocer sus debilidades y fortalezas. Pensando que una buena práctica evaluativa es coherente con objetivos, contenidos y estrategias de enseñanza, pero también es diversa. Los tiempos de escenarios complejos y múltiples son desafiantes, pero también presentan una oportunidad para la creatividad y el empleo de variedad de instrumentos y recursos. Para brindar espacios en los cuales los y las estudiantes puedan reflexionar sobre sus recorridos, interactuar con sus pares, recibir y brindar retroalimentación, es necesario habilitar múltiples mecanismos de comunicación, ya sea a través de los espacios virtuales o en los momentos de presencialidad. La interacción, entendida como proceso de comunicación, contribuye a la apropiación del conocimiento, a través del seguimiento y la retroalimentación sobre los avances de los y las estudiantes. Favorecer la inclusión de momentos de autoevaluación y coevaluación, o evaluación entre pares fortalece las habilidades para la autorregulación de los aprendizajes. Los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje nos brindan múltiples herramientas y recursos que pueden usarse para efectuar el seguimiento de las trayectorias de los y las estudiantes y encontrar las evidencias de aprendizaje en función de los objetivos planteados.  Compartimos algunos instrumentos sencillos que proponen las autoras…


 



 









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